jueves, 5 de mayo de 2011

Osama Bin Laden: El Fin del Más Buscado

Osama Bin Laden:
El Fin del Más Buscado
EE.UU. cazó a líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en Pakistán. Desatinado festejo estadounidense profundizaría odio fundamentalista.

Osama Bin Laden está muerto.


La CIA llegó al escondite del líder de Al Qaeda en Pakistán siguiendo durante un año el rastro de Abu Ahmad, su mensajero de confianza.

El operativo en un búnker de Pakistán empezó, en realidad, hace varios años y corrió por cuenta de la CIA.
Quizá por eso mismo sorprendió que al terrorista más buscado del mundo no se le haya atrapado con vida.
En el Perú, por ejemplo, fue capturado el sanguinario terrorista que desató una guerra que dejó unos 60,000 muertos.
Sometido a juicio y encerrado en la práctica de por vida, Abimael Guzmán ha visto su aura misteriosa desvanecerse en la evidencia de su pobreza intelectual.
Bin Laden se ocultaba en un complejo (ver siguiente gráfico), en la localidad de Abbottabad, a 100 kilómetros de Islamabad, en Pakistán. A pesar del disco satelital, la vivienda no tenía conexión telefónica ni internet, lo que acentuó las sospechas.

Bin Laden, en cambio, será martirizado por el fundamentalismo árabe que tiene aquí el campo abierto para profundizar el odio. La muerte de Bin Laden ha provocado una grotesca celebración en EE.UU. y se temen represalias.

La muerte de Osama Bin Laden durante una operación comando de militares estadounidenses termina con la búsqueda que obsesionó al aparato estatal de Estados Unidos desde los atentados terroristas del 11 de setiembre de 2001.

Esa muerte abre también una nueva etapa en la lucha contra el terrorismo internacional y confluye con los movimientos democratizadores que movilizan a la juventud de los países árabes, que veían hasta ahora a Al Qaeda como única alternativa de cambio.

“Hoy se ha hecho justicia”, dijo Obama tras anunciar la muerte de Osama, el domingo último.

La posibilidad de superar el discurso y métodos terroristas y responder a las aspiraciones de amplios sectores de los países árabes por alcanzar la libertad, la tolerancia y los métodos democráticos de gobierno configuran un momento histórico excepcional en la vida de los pueblos árabes, de los países de occidente y del mundo en general para la construcción de un mundo de paz.

EL OPERATIVO
Alrededor de la 1:15 de la madrugada del domingo 1, dos helicópteros de las fuerzas armadas de Estados Unidos sobrevolaron la localidad de Abbottabad, a 100 km de Islamabad, la capital de Pakistán.

Uno de ellos se precipitó a tierra debido a problemas técnicos.

El otro ingresó a un complejo rodeado de paredes de hasta seis metros con una construcción de tres pisos en el centro.

Los vecinos hablan de los nutridos disparos de armas de fuego que siguieron a la incursión.

Los atentados del 11 de setiembre del 2001, contra el World Trade Center de Nueva York, mataron a 2,973 personas

Según trascendidos posteriores, un grupo de 30 a 40 NavySeals, grupo de elite de la Marina de Estados Unidos, confrontó la resistencia de Osama Bin Laden, a quien dieron muerte de un tiro en la cabeza junto a su hijo mayor (que actuaba como su correo de confianza), a un guardia y a una mujer que habría sido utilizada como escudo humano.

El cuerpo de Bin Laden fue trasladado por los militares para asegurar la identidad del occiso y guardar muestras de su ADN.

Luego fue “sepultado en el mar”, según el recuento oficial, medida destinada a evitar que un lugar de entierro pudiera convertirse en meta de peregrinación. El operativo duró de 40 a 45 minutos.

EL SEGUIMIENTO
El hombre más buscado del mundo, con una recompensa de 25 millones de dólares sobre su cabeza, fue ubicado a través del seguimiento de su correo de confianza, que resultó ser su hijo mayor, durante cuatro años.
El dato sobre el correo había sido obtenido a través de interrogatorios de prisioneros vinculados a Al Qaeda, quienes solo revelaron su seudónimo.
Las pistas llevaron dos años atrás a la gran casa de Abbottabad, vecindario habitado por militares retirados del Ejército pakistaní, ya que en él se encuentra la Academia Militar de Pakistán, a corta distancia de la casa en cuestión.
Ayman al- Zawahiri, sucesor de bin Laden.
Ello indica que existía un estrecho control militar del barrio y plantea serias cuestiones sobre la seguridad del país en general.

Además del seguimiento al correo, llamó la atención de la CIA que la casa, ocho veces más grande que las del vecindario, tuviera altas murallas con alambre de púas y cámaras de video, quemara su basura para evitar entregar los desperdicios y no tuviera cables de teléfono ni de internet.

En febrero, Obama puso como eje central de la investigación determinar si quien habitaba la casa de Abbottabad era Osama Bin Laden.

Conformó un grupo especial a cargo del Jefe de la CIA, Leon Panetta, y mantuvo frecuentes reuniones de seguimiento (se mencionan cinco reuniones desde entonces).
Grupo de pakistaníes en Karachi reaccionó con ira por el deceso del líder de Al Qaeda.

El viernes 29 pasado, Obama autorizó el operativo.

Los preparativos y la ejecución del operativo se realizaron en el más estricto secreto; no se consultó al gobierno de Pakistán.

EL FUTURO DE AL QAEDA
La experiencia peruana indica que la presencia y comando del líder es fundamental cuando se trata de organizaciones como Al Qaeda o Sendero Luminoso.

En este caso, la desaparición total de Bin Laden permite esperar que tenga consecuencias significativas.

Se especula que quien lo reemplazará será su segundo, Ayman al- Zawahiri, un cirujano egipcio, fundador de la Jihad islámica y el principal ideólogo del grupo.

Existen también numerosos otros líderes, pues la supervivencia de Al Qaeda obligó a diversificar sus centros operativos.

Ninguno de esos líderes, sin embargo, tiene la presencia y carisma de Bin Laden.

Grotesca celebración frente a la Casa Blanca, en Washington, tras el anuncio de la muerte de Bin Laden
Se esperan, sin embargo, acciones de Al Qaeda para demostrar que mantienen su poder y capacidad de influencia.
Debe tenerse presente que encuestas recientes revelan que la influencia del propio Bin Laden se había reducido significativamente en los últimos años. Muestra de ello ha sido la escasa o nula participación de Al Qaeda en las movilizaciones ocurridas en el mundo árabe.
Su participación, como en Yemen, ha obedecido a circunstancias fundamentalmente locales. La llamada primavera democrática que recorre el Medio Oriente ha demostrado que los jóvenes que participan en ella mayoritariamente están tan alejados del autoritarismo de los viejos regímenes como del extremismo de grupos radicales como Al Qaeda.

MÁS ALLÁ DE LAS CONGRATULACIONES


Los países occidentales, más allá de la satisfacción expresada con el golpe que la muerte de Bin Laden ha provocado a una organización terrorista, deberían considerar con detenimiento la oportunidad histórica que se presenta de transformar las tradicionales relaciones de hostilidad con las sociedades árabes y con los musulmanes en particular.

Un ejercicio de introspección sería importante para determinar qué parte de responsabilidad en la violencia actual le cabe a Europa –y especialmente a Gran Bretaña y Francia– en los eventos que modelaron las sociedades árabes después de la Primera Guerra Mundial, al disolverse el Imperio Otomano e instaurarse el colonialismo que le siguió.

Un buen comienzo sería releer con detenimiento el discurso de Obama en El Cairo en junio del 2009 y, a la luz de lo allí expresado, considerar la situación planteada en la actualidad y las medidas a tomar para reducir las tensiones. Todo lo que se haga es poco para no dejar pasar esta oportunidad de avanzar hacia un mundo más pacífico y tolerante. Por ambos lados.

FUENTE: (Por: Luis F. Jiménez) CARETAS 2179
http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=929&idSTo=0&idA=52270

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