jueves, 18 de octubre de 2012

IN MEMORIAM FERNANDO BELAUNDE TERRY (FBT). Por: Martín Belaunde Moreyra

IN MEMORIAM
FERNANDO BELAUNDE TERRY (FBT)
                                   Por: Martín Belaunde Moreyra

Para conocer a Fernando Belaunde Terry es indispensable evocar su  ambiente familiar. Nació el 7 de octubre de 1912, tercer hijo del matrimonio de  don Rafael Belaunde Diez Canseco y de doña Lucila Terry García, ambos de gran tradición, si bien de limitada fortuna patrimonial. Rafael, de origen arequipeño, se trasladó a Lima en el año 1900 a raíz del infortunio sufrido por su padre, don Mariano Belaunde y La Torre, cuando ejercía la cartera de Hacienda y una diputación por Arequipa, con motivo de unas letras de cambio personales utilizadas para mantener la confidencialidad en la compra de un lote de armamento. Este incidente determinó su renuncia y desafuero parlamentario, siendo juzgado por la Corte Suprema con la pérdida de su patrimonio. En ese tiempo, sus hijos Víctor Andrés y Rafael, se turnaban para acompañarlo en la prisión.
En ese ambiente austero pero de gran cohesión familiar, el matrimonio de Rafael Belaunde y Lucila Terry formó a sus hijos con inmenso apego a los valores democráticos, simbolizados por el Califa, como así llamaban a don Nicolás de Piérola, a quien Rafael solía frecuentar en su casa de la calle Milagro, a escasos metros de la Plazuela San Francisco. Fernando en su niñez se desplazó en la Lima cuadrada de la segunda y tercera década del siglo XX, desde el hogar paterno de las calles Corcovado y Gallinazos, a su estudio de abogado en la calle Juan Pablo, a poca distancia del Congreso de la República, donde Rafael en la primera etapa del oncenio de Leguía fue promovido al cargo de Oficial Mayor del Senado.
Pero la inquietud política pudo más que la prudencia y en un viaje a Arequipa en 1924 para visitar a su madre, doña Mercedes Diez Canseco de Belaunde, Rafael se encontró con David Samanez Ocampo, viejo caudillo de montoneras pierolistas. Ambos paseaban por las calles y plazas de la ciudad mistiana, sea para conspirar o quizás mejor vociferar contra la dictadura de Leguía, que tres años antes había exiliado a su hermano Víctor Andrés. El gobierno ni corto ni perezoso lo detuvo para enviarlo a la isla San Lorenzo, en la que Rafael hizo una huelga de hambre y logró que lo deportaran a Panamá, donde se reunió con su familia para luego viajar a París, ayudado por un paisano y lejano pariente de Arequipa.
En París, Rafael tuvo una ayuda inesperada al recibir del Senado sus emolumentos de Oficial Mayor, que le eran remitidos a Francia, según decía la resolución de pago por su imposibilidad material de cobrarlos en Lima. Pero esta situación no duró demasiado y a fines de 1929 viajó a los Estados Unidos para enseñar en la Universidad de Miami, donde Víctor Andrés  había sido contratado algún tiempo antes.
En Miami, Fernando comenzó sus estudios de arquitectura que culminó en la Universidad de Texas en 1934, cuando su padre había sido nombrado embajador del Perú en México. Fernando fue influido profundamente por el gobierno de Franklin Delano Roosevelt en su etapa primigenia del New Deal (Nuevo Trato), que utilizó la construcción de obras públicas para superar la gran depresión de 1929.
Y así en 1936, doce años después de haber viajado intempestivamente al exterior por el exilio paterno, Fernando Belaunde Terry retornó al Perú para ejercer la cátedra y luego dedicarse a la política, animado por una visión fraguada en la nostalgia y cariño de la patria lejana. El resto es historia conocida.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Martin Belaunde deberia explicar como se le escapo Ernesto Schutz Landazuri, su amistad con el fujimontesinista director de La Razón Uri Ben Schmuel, ex director de la revista Oiga capturada por el tristemente celebre reo contumaz Eduardo Calmell del Solar, alias Chapulin, -me llama la atención que salga hablando de Paco Igartua en un video- y ese vaivén, en verdad me produce una arcada que tipejos así hablen de Belaunde, con razon no queria devolver la plata que tan desvergonzadamente se reparten en el Congreso!