martes, 16 de mayo de 2017

Cosas para no olvidar. Primer gobierno de Alan García: la era en la que un solo político echó por la borda la esperanza de millones de peruanos.

Cosas para no olvidar.
Primer gobierno de Alan García: la era en la que un solo político echó por la borda la esperanza de millones de peruanos.
“Toda memoria es, de algún modo, una antología”, dijo Borges en algún sitio. Y bueno. La frase le cae a pelo a Alan García. Revisando unos papeles viejos, me topé con algunos numeritos que grafican lo que fue el despilfarro, el desgobierno y la corrupción en el primer gobierno de García. La era en la que un solo político echó por la borda la esperanza de millones de peruanos.  
Porque García, si algo hizo bien fue conducirnos directamente a la quiebra. Y a la mismísima mierda; permitiendo además el avance desmesurado del terrorismo, a quienes elogió por “su mística y entrega”; consintiendo asimismo que la corrupción campee en la administración pública; estatizando la propiedad privada; alejando al Perú del mundo financiero internacional; propiciando, de paso, el deterioro de los valores.
La hiperinflación creada por él llegó hasta 7,650% en diciembre de 1990. Esto quiere decir que la bancarrota producida por Alan García fue largamente más grave que la experimentada durante la Guerra del Pacífico.
Según la publicación Cambio de Rumbo, durante la gestión de García las reservas internacionales llegaron hasta menos 300 millones de dólares. El déficit fiscal y cuasi fiscal alcanzó el 16% del PBI. La presión tributaria cayó de 14.4% a solo 4.1% del PBI. La liquidez se redujo de 17% a solo 6% del PBI. Las empresas estatales perdieron 1,653 millones de dólares. El ingreso mínimo legal se redujo en 50%.
Eso no fue todo, recordarán. El índice de pobreza crítica en diciembre de 1989 llegó a un nivel de 141, comparado con un valor promedio de 105 en 1985. En la ciudad de Lima la pobreza pasó del 17% de la población en 1986 al 44% en 1990. La pobreza afectó a 13 millones de peruanos, y la pobreza crítica al 54% de la población. Los gastos de consumo cayeron en 46% entre 1986 y 1990. Y la inversión extranjera simplemente desapareció del país. Se esfumó. Se fue.
Después de él no ha habido otro peor gobernante. Ha habido dictadores corruptos, jefes de Estado improvisados e irresponsables y tórpidos en el manejo político, sí, pero como ese García que nos hizo vivir en el infierno entre 1980 y 1985, ninguno. Gracias a dios. Si acaso existe, claro.


FUENTE: https://despuesdetodo.lamula.pe/2017/05/15/cosas-para-no-olvidar/pedrosalinas/


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